Un fotograma de Fahrenheit 451 en la versió d'HBO de 2018

Fahrenheit 12/2 (VOX populi)


TONI AYALA (textos)

Es posible que si el cineasta Michael Moore fuera sevillano ya estaría preparando un documental, titulado ‘Fahrenheit 12/2’, que, posiblemente, subtitularía ‘VOX populi’, en alusión a la considerable representación parlamentaria que el partido de ultraderecha Vox consiguió en las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre (12/2).

Casi 400.000 votos otorgaron 12 escaños al partido de extrema derecha. No fue ninguna broma, puesto que estamos hablando de un ascenso meteórico de una formación que ni siquiera participó en ninguno de los dos debates oficiales de candidatos durante la campaña porque aún no era una agrupación con representación parlamentaria. 

Eso quiere decir que el mensaje de Vox caló bien hondo en una parte muy importante de andaluces y, según las encuestas, podría repetir este éxito electoral a nivel estatal.

Es en el Gobierno de España donde se podría reproducir la entente tripartita de derechas andaluza, con Vox, PP y Ciudadanos, para dominar el Congreso. 

Si Michael Moore fuera sevillano o madrileño o murciano o gallego, por poner algún caso, y no fuera estadounidense, seguramente, ya estaría preparando su ‘Fahrenheit 12/2’.

El protagonista de este documental no sería el presidente de Vox, Santiago Abascal, ni tampoco el líder del PP, Pablo Casado, ni el jefe de filas de Ciudadanos, Albert Rivera, porque, como los Reyes Católicos, “tanto monta, monta tanto”.

Michael Moore, si fuera leonés o segoviano o toledano, pensaría que el actor principal no sería ninguno de estos tres virreyes que se disputan la derecha española, sino el Rey que los inspira, que los instruye y que los elogia: José María Aznar.

Pero, como Michael Moore no es zaragozano, ni malagueño, ni navarro, ni albaceteño, ni asturiano, ni soriano, sino que es ‘made in USA’. seguramente, nunca podrá obsequiarnos con su ‘Fahrenheit 12/2’.

Como norteamericano, sí que filmó ‘Fahrenheit 11/9’, un documental de 2018 sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 y cómo consiguió la presidencia Donald Trump.

También, como norteamericano, sí que rodó con anterioridad ‘Fahrenheit 9/11’, donde trató las causas y consecuencias de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, haciendo referencia a la posterior invasión de Irak, con George W. Bush como gran actor principal.

Pero, Michael Moore, aún siendo estadounidense y no sevillano, sabe que José María Aznar fue uno de los tres protagonistas de la fotografía de las Azores de 2003, junto a Bush y Tony Blair, que precipitó al mundo a una guerra en Irak con la excusa de unas inexistentes armas de destrucción masiva. 

Y, aún siendo norteamericano y no madrileño o segoviano, Michael Moore sabe que, a diferencia del ex-presidente de Estados Unidos y del ex-primer ministro británico, Aznar ha vuelto a la carga, seguramente, porque nunca se fue del todo. Ni quizo irse, ni en realidad le obligaron, ni tampoco le dejaron marcharse.

Por eso, Michael Moore, al ver cómo los discursos de extrema de derecha consiguen traducirse cada vez en más votos, se pondría a filmar un documental cuyo título hiciera referencia, otra vez, al ‘Fahrenheit 451’, esa novela distópica del escritor estadounidense Ray Bradbury, publicada en 1953.

Porque Michael Moore, sin ser cántabro, almeriense o granadino, se preguntaría si la sociedad española actual corre el peligro de distar mucho de aquella ​sociedad estadounidense del futuro en la que los libros están prohibidos y existen una especie de ‘bomberos’ que los queman si encuentran alguno. 

¿Qué sociedad se empezó a dibujar en España desde aquel 2 de diciembre de 2018, cuando la voz del pueblo (Vox populi) decidió que los discursos de ultraderecha debían entrar con fuerza en un parlamento?

Seguramente, Michael Moore, sin ser conquense o alicantino, se preguntaría, como hizo Ray Bradbury cuando escribió su novela, si el macartismo se puede extender por España. Se preguntaría por qué los discursos de la derecha utilizan las referencias constantes a la “deslealtad”, la “subversión” o la “traición a la patria” como arma para ganar votos, de la misma manera que las utilizó el senador Joseph McCarthy (1908-1957) en la llamada “caza de brujas”. 

¿Y si este nuevo macartismo a la española se basa en confundir al ‘comunista’ con el ‘catalán’? ¿No dio muchísimos miles de votos a la derecha este discurso en Andalucía? ¿Y si los votantes no se dan cuenta -o lo hacen demasiado tarde- de que, aunque los tres partidos de la derecha reproduzcan en España su propia foto del Trío de las Azores, no hay ninguna arma de destrucción masiva?

Pero, como Michael Moore no es español, sino estadounidense, no podremos ver su ‘Fahrenheit 12/2’ hecho realidad. 

Nos tendremos que conformar con sonreir al pensar que George W. Bush ganó un premio Razzie al peor actor en 2004 por su papel en ‘Fahrenheit 9/11’ y que, este año, Donald Trump ha sido nominado por ‘Fahrenheit 11/9’. ¿Qué pasaría con Aznar?