Tres cosas bonitas que pisamos al caminar


TONI AYALA (textos y fotos)

“Ando y ando. Si he de caer, que sea entre tréboles”. La poesía del caminar de Matsúo Basho, el poeta más famoso del período Edo japonés nos enseña, entre otras muchas cosas, que a las per­so­nas se las co­no­ce ca­mi­nan­do.

Quizás podríamos pensar que este tipo de pensamiento estilo zen es más propio del siglo XVII, en el cual transitó este monje, pero la verdad es que, seguramente, no nos damos cuenta de que, cuando andamos, pisamos continuamente tréboles.

Aunque vivamos en la gran ciudad, donde todo parece más impersonal, se nos abre ante nosotros una galería de objetos, elementos… cosas bonitas que pisamos sin darnos cuenta o, mejor dicho, sin darnos cuenta de que no nos damos cuenta.

“Junto a mí, ¿pero dónde? Lejos, lo que está lejos.
Y lo que estando lejos bajo mis pies camina”.
(Pablo Neruda)

Incluso en el asfalto aparentemente más triste podemos encontrar algo de poesía, aunque sea poesía urbana. En el ir y venir diario, entre las multitudes anónimas, pisamos sin querer mensajes, flores, hojas… que son algo más que, simplemente, cosas.

“Agora suelta el llanto al cielo abierto,
ora va rastreando por la vía;
camina, vuelve, para, y todavía
quedaba desmayado como muerto”
. (Garcilaso de la Vega)

No solo no nos damos cuenta muchas veces que pisamos versos que toman miles de formas, sino que pasamos de largo sin percibir la belleza que muchas veces pisoteamos.

“Mientras la humanidad siempre avanzando,
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
(Gustavo Adolfo Bécquer)

Al menos, podríamos distinguir tres cosas bonitas que pisamos cada día cuando salimos a la calle y transitamos a pie por una gran ciudad.

Flores, hojas y plantas

No todo es cemento bajo nuestros pies. Y, fuera de los parques y jardines, también hay belleza natural. Una hoja que se cae de un árbol, una flor que se desprende de una maceta y cae al suelo, un sendero que se abre entre el gris asfalto, son elementos que perfectamente podemos encontrar en nuestro camino y que, en nuestro viaje urbano, pisamos.

Mensajes y arte urbano

A veces pisamos etiquetas, pegatinas o grafitis que nos pueden transmitir algún mensaje, hacernos pensar o, simplemente, reír. Si estamos atentos a lo que pisamos, caminar ya no es, simplemente, andar, sino contemplar “tréboles”.

El propio suelo

Pisar el suelo, a veces, es sinónimo de pisotear baldosas artísticas o piedras con formas bellas. Seguramente, lo más poético de ello es que, pese a que las pisamos, nunca pierden su belleza original.

Todas estas imágenes son de la ciudad de Barcelona, pero, las cosas bonitas que pisamos a diario son universales; las encontramos en todas partes. Son referencias, como la poesía de Mario Benedetti:

Alguna vez en palma de mallorca
hallé en el borne dos filas de árboles
como las que hubo en un recodo
del viejo parque urbano
 
en la habana otra vez
pensé que el malecón
era como la rambla
 
en santa cruz de tenerife
hay una larga franja
como la de pocitos
 
la gente que camina en las calles de atenas
se asemeja a la nuestra
sólo que al mediodía

 
en helsinki si escucho cómo hablan
me parece lunfardopero nunca lo entiendo
 
el cielo de la noche blanca de leningrado
me recuerda mi cieloen tardes de tormenta
 
en buenos aires hay un barrio
flores
que puede confundirse con la aguada
 
el rastro madrileño
es una feria de tristán narvaja
sólo que gigantesca
 
ahora por fin
están aquí a mi alcance
parque rambla idioma firmamento
recodos calle feria esquinas
 
ya no preciso referencias