Mobile Beach Congress


TONI AYALA (texto y foto)

El Mobile World Congress se despide un año más de Barcelona con una cifra récord de 109.000 asistentes, 2.000 más que en 2018. No importa que siempre se encuentren huelgas del transporte o que parezca que se vaya a acabar el mundo con las tensiones políticas en España.

La capital catalana es un destino ideal, no solo para pasearse por los pabellones de la Fira, sino, sobre todo, para lo que viene luego: playa, tapas, sangría y diversión.

Este año, además, el anticiclón ha acompañado al MWC, como si la meteorología se hubiera aliado con la tecnología 5G con el objetivo de ofrecer a los visitantes un clima tan plácido, com si la frontera entre el verano y el invierno no existiera. Con temperaturas de 25 grados es normal que Barcelona gane enteros cada año como principal destino del turismo de congresos, frente a la competencia de ciudades como Viena o París.

En esta edición del Mobile Beach Congress (perdón, Mobile World Congress) ni siquiera ha llovido. Se puede decir que, incluso, lo más destacable de la feria de móviles ha sido, precisamente, el tiempo, puesto que tampoco ha habido grandes conferenciantes, como otros años, ni grandes novedades del mercado. Es como si el sector hubiera entrado en una especie de agradable anticiclón complaciente, en el cual ya se juega a fabricar móviles que se doblan y poco más.

En principio, la feria deja 473 millones de euros de impacto económico en el área metropolitana de Barcelona, aunque la mayoría de sus ciudadanos lo que han notado más es otra huelga del Metro que ha perjudicado básicamente a los currantes a los que su empresa no les paga los taxis. Es decir, a la gran mayoría de las personas que ni se acercan al recinto del MWC.

Es posible que haya sido la edición más triste y apagada del Mobile World Congress, eclipsada por completo por este Sol reluciente que ha lucido en Barcelona durante toda la semana, como si estuviéramos en julio y no a las puertas de marzo. Pero, las autoridades deben estar tranquilas, mientras el clima acompañe, el MWC se quedará en la ciudad.

Fastidia más a los congresistas que llueva o que el Barça no tenga partido en el Camp Nou esta semana que no que se hayan convocado otras elecciones generales en España, que la ultraderecha gane votos, que haya un juicio sobre el Procés en el Tribunal Supremo o que la Generalitat no tire adelante, de momento, sus presupuestos.

Precisamente, un jueves 28 de febrero como hoy, pero del año 1907, el experto en meteorología de La Vanguardia, José Comas Solá, escribía estas palabras en la página 6 del diario, que parecían una predicción de lo que hoy sería la Barcelona del turismo masivo y del MWC:

“La civilización busca las regiones templadas (…) El hombre busca la isoterma media de 18°, que es la que está más conforme con su organismo, pero esta línea es ya bastante baja en latitud. Así se pueblan de gentes del Norte las orillas del Mediterráneo”.

La temperatura media de este jueves, 28 de febrero de 2019, en Barcelona, es de 18 grados.