Barcelona sigue sin noticias de Gurb


TONI AYALA (text i foto)

¿Cómo desapareció Gurb?

“07.00 Cumpliendo órdenes (mías) Gurb se prepara para tomar contacto con las formas de vida (reales y potenciales) de la zona. Como viajamos bajo forma acorpórea (inteligencia pura-factor analítico 4800), dispongo que adopte cuerpo análogo al de los habitantes de la zona. Objetivo: no llamar la atención de la fauna autóctona (real y potencial). Consultado el Catálogo Astral Terrestre Indicativo de Formas Asimilables (CATIFA) elijo para Gurb la apariencia del ser humano denominado Marta Sánchez”.

“07.21 Primer contacto con habitante de la zona. Datos recibidos por Gurb: Tamaño del ente individualizado, 170 centímetros; perímetro craneal 57 centímetros; número de ojos, dos; longitud del rabo, 0.00 centímetros (carece de él). El ente se comunica mediante un lenguaje de gran simplicidad estructural, pero de muy compleja sonorización, pues debe articularse mediante el uso de órganos internos. Conceptualización escasísima. Denominación del ente, Lluc Puig i Roig (probable recepción defectuosa o incompleta). Fundación biológica del ente: profesor encargado de cátedra (dedicación exclusiva) en la Universidad Autónoma de Bellaterra. Nivel de mansedumbre, bajo. Dispone de medio de transporte de gran simplicidad estructural, pero de muy complicado manejo denominado Ford Fiesta.

“07.23 Gurb es invitado por el ente a subir a su medio de transporte. Pide instrucciones. Le ordeno que acepte el ofrecimiento. Objetivo fundamental: no llamar la atención de la fauna autóctona (real y potencial)”.

“07.30 Sin noticias de Gurb”.

¿Cómo empezó la búsqueda de Gurb?

“07.30 Decido adoptar la apariencia de ente humano individualizado. Consultado Catálogo, elijo el conde-duque de Olivares“.

“08.15 Debido a la alta densidad de entes individualizados, tal vez resulte algo difícil localizar a Gurb a simple vista, pero me resisto a establecer contacto sensorial, porque ignoro las consecuencias que ello podría tener para el equilibrio ecológico de la zona y, en consecuencia, para sus habitantes”.

11.00 Llevo casi tres horas esperando ver pasar a Gurb. Espera inútil. El flujo de seres humanos en este punto de la ciudad no decrece. Antes al contrario. Calculo que las probabilidades de que Gurb pase por aquí sin que yo lo vea son del orden de setenta y tres contra una. A este cálculo, sin embargo, hay que añadir dos variables: a) que Gurb no pase por aquí, b) que Gurb pase por aquí, pero habiendo modificado su apariencia externa. En este caso, las probabilidades de no ser visto por mí alcanzarían los nueve trillones contra una”.

¿Y si Gurb hubiera asistido a la investidura de la alcaldesa?

En estos extractos de la novela humorística barcelonesa de Eduardo Mendoza Sin noticias de Gurb, publicada por Seix Barral en el año 1991, vemos cómo el extraterrestre Gurb desaparece en la Barcelona pre-olímpica tomando la forma de Marta Sánchez, componente por aquel entonces del exitoso grupo musical Olé Olé y que más recientemente ha dado de qué hablar por su versión del himno español, con música y letra (Rojo, amarillo, colores que brillan en mi corazón y no pido perdón. Grande España, a Dios le doy las gracias por nacer aquí, honrarte hasta el fin).

A juzgar por cómo se desarrolló la investidura de la alcaldesa Ada Colau, que repite mandato con el apoyo del PSC y de Manuel Valls, tampoco sería descabellado pensar que Gurb aún anda suelto en Barcelona y que es muy posible que se ponga en la piel de varios personajes según le convenga en su observación sobre el terreno de la especie humana. O, más exactamente, de esa subespecie llamada “barcelonés” y/o “barcelonesa”.

En la investidura se pudo ver -y, más bien, escuchar- el efusivo “Viva España” del líder del PP, Josep Bou, que ha resonado varias veces en todos los rincones de esa España “roja, amarilla” que “no pide perdón”. También se pudo escuchar un cruce surrealista -altamente Gurbiano- de discursos, en los cuales aquellos (BComú) que ostentan el poder gracias a los otros (Valls) denuncian la situación injusta de prisión de los líderes independentistas (con Joaquim Forn de cuerpo presente), mientras aceptan los votos de quienes quieren verlos entre rejas (Valls) para que sean “consecuentes con sus actos” y que, de paso, niegan el saludo al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Todo eso en horario infantil de televisión. ¿Seguro que Gurb no estaba por ahí?

También existen dudas de si Gurb propició esa extraña ironía según la cual las fuerzas independentistas lamentan que Colau sea alcaldesa de Barcelona con los votos del PSC y, en cambio, no les importe tanto que, por ejemplo, en Sant Cugat se hayan hecho el harakiri ERC y JxCat para que gobiernen los primeros con el PSC (y la CUP) en detrimento de los segundos. Además, tenía razón Jaume Collboni (PSC) cuando aludió al hecho de que ERC y JxCat ostentan el Govern de la Generalitat cuando no fueron la primera fuerza votada en las elecciones catalanas. Es decir, Ernest Maragall (ERC) no ha sido alcalde de Barcelona, de la misma manera que Inés Arrimadas (C’s) no pudo ser presidenta de la Generalitat, pese a que ambos ganaron sus respectivos comicios.

Y, encima, la Plaça de Sant Jaume vuelve a los tiempos de la Edad Media con los partidarios de unos y otros lanzando improperios y andanadas a los concejales mientras protagonizan el tradicional paseíllo hacia el Palau de la Generalitat. Todo eso, también, en horario infantil. ¿Seguro que Gurb no estaba por ahí? ¿O estaba en su lugar el conde-duque de Olivares?

La crispación se mascaba, tanto en el ambiente como en las entrañas de muchos barceloneses.

Pero, una cosa es la Política, con el legítimo y democrático proceso de tejer las alianzas que más convengan a cada partido para llevar a cabo su proyecto de ciudad, y otra cosa muy diferente es la Política de la No Política que se arrastra desde hace ya muchos años y que ha propiciado la judicialización y que un regidor con una larga trayectoria de servicio a la ciudad, Joaquim Forn, tuviera que ser escoltado hacia la prisión al término del acto oficial en el Ayuntamiento. Esa fue la principal imagen de la investidura, puesto que es la que marcará el mandato de Ada Colau. Pase lo que pase, haga lo que haga, porque Barcelona aún sigue sin tener noticias de Gurb.