La paradoja Vox


TONI AYALA (texto y foto)

Una de las grandes paradojas de las elecciones generales del 28 de abril en España es que el auge de la ultraderecha de Vox se ha traducido en la derrota de la derecha (Cs + PP).

Y, aún más, el discurso de la crispación contra Catalunya, que tan buenos resultados dio al tripartito PP + Ciudadanos + Vox en las autonómicas andaluzas, ha acabando siendo la tumba ultra no solo a nivel español, sino, también, a nivel catalán, donde han quedado relegados a la cola e, incluso, en el caso del Partido Popular, al borde de la extinción.

Por contra, vemos cómo el PSOE recupera su trono en Andalucía y casi lo hace en Catalunya, donde, por primera vez, ha ganado un partido independentista en unos comicios generales (ERC).

La ‘paradoja Vox’ ha movilizado al electorado de izquierdas en España, que ha arrinconado a los discursos más alineados con la Faes de José María Aznar. Éstos han atribuido el fracaso del PP al “canibalismo” entre los tres partidos de derechas. “La fragmentación en el centro derecha, lejos de ser saludable, es la receta del fracaso”, afirman desde la organización aznariana. Esto es una verdad a medias, puesto que no ha existido centro en la derecha, ya que, desde la emergencia de Vox, PP y Ciudadanos han tendido cada vez más a la ultraderecha, como demuestra la foto de la Plaza de Colón.

Otro efecto de la ‘paradoja Vox’ es que puede seguir metiendo a Ciudadanos en el camino de intentar desbancar al PP. Es cierto que Pablo Casado ha perdido las elecciones, pero, también lo es que ha aguantado en el segundo lugar por delante de Cs pese a todos los problemas de corrupción y de desgaste interno que ha habido en el Partido Popular, a lo que habría que añadir la alta competencia en el voto de derechas. En este sentido, ¿quién ha fracasado más, Casado o Rivera?

El partido de Albert Rivera parece que apuesta por intentar el asalto al PP otra vez. Es cierto que Ciudadanos y PSOE han robado un tercio de los escaños populares, que han perdido 16 diputados en las provincias más pequeñas. Pero, ni mucho menos se debe dar al PP por finiquitado. Este es otro de los efectos de la ‘paradoja Vox’, que ha impedido a Cs vencer efectivamente a los populares. En el PP aún tienen en la recámara la opción del efecto Alberto Núñez Feijóo, que podría aportar un discurso mucho más moderado o centrista.

Por otro lado, otra de las ‘paradojas Vox’ es que el partido de ultraderecha no solo no ha dañado al independentismo catalán, sino que su discurso -alimentado también por PP y Cs- ha acabado por reforzar a los nacionalistas catalanes. No solo ERC ha obtenido un resultado histórico, sino que JxCat ha acabado por mantener el tipo. Y, si el efecto Oriol Junqueras ha beneficiado a los republicanos en estas elecciones, no hay que descartar que el efecto Carles Puigdemont beneficie a los ex-convergentes en las próximas elecciones europeas y municipales, pese a los impedimentos de la Junta Electoral Central (JEC).

La grandísima ‘paradoja de Vox’ es que su líder, Santiago Abascal, considera que su partido ha protagonizado “una proeza” y “una gesta” tras conseguir 24 escaños en el Congreso, sin darse cuenta de que todo aquello y todos aquellos a los que se oponen, gracias a Vox, han acabado ganando votos y fuerza: la izquierda y los independentistas catalanes.

Por último, otra de las ‘paradojas de Vox’ es que, gracias a que le ha dado alas a Pedro Sánchez (PSOE), puede acabar quitándoselas. El mensaje que empiezan a transmitir desde los socialistas es que piensan que pueden gobernar solos, que les puede servir la geometría variable para, al menos, obtener la investidura y, después, pactar esto con unos y aquello con los otros. El fracaso de la ultraderecha podría acabar por embriagar los sentidos del PSOE. Es evidente que es mejor gobernar solo, pero para ello deberían haber conseguido una mayoría absoluta que no tienen.

¿Pablo Iglesias y Unidas Podemos renunciarán a la oportunidad de proyección que pueden tener de formar parte del Gobierno de España? ¿El votante de ERC aceptará investir a Pedro Sánchez si éste abre la puerta a acuerdos con Ciudadanos? ¿Cs pactará algo con el líder socialista si, como parece que insinúa Albert Rivera, quieren finiquitar al PP? ¿No da la impresión que Pedro Sánchez quiere complicarse más la vida de lo que los votantes le han sugerido en las urnas? ¿Caerá, pues, en otra de las trampas de las ‘paradojas de Vox’?