Carlos Arias Navarro y Pedro Sánchez

21D – Operación Consejo de Ministros


TONI AYALA (textos)

El anunciado Consejo de Ministros del Gobierno español en Barcelona, fijado para el 21 de diciembre, llega en un momento de tensiones en la relación Catalunya – España, con políticos independentistas presos en cárcel preventiva y algunos de ellos en huelga de hambre. 

Esta Operación Consejo de Ministros en Barcelona, en la que se puede producir un nuevo encuentro entre el presidente español, Pedro Sánchez, y el catalán, Quim Torra, no es la primera vez que se hace. Y lo curioso es que la otra vez que se organizó también se hizo en un contexto de reclamaciones de reafirmación identitaria por parte de Catalunya y con el tema de los presos sobre la mesa. Eso sí, eran otros tiempos y ni siquiera había gobierno de la Generalitat.

Efectivamente, nos tenemos que situar en el día 20 de febrero de 1976, cuando el Rey Juan Carlos I presidió el Consejo de Ministros en el Palauet Albéniz de Barcelona. La fotografía oficial se hizo en las escalinatas del palacio, donde los uniformes militares aún estaban muy presentes.

La seguridad

Seguramente, los Mossos d’Esquadra hubieran aplaudido que se hubiera celebrado este nuevo Consejo de Ministros del 21D en el Palauet Albéniz, como en 1976, puesto que es mucho más fácil de proteger a nivel de seguridad que la Casa Llotja de Mar, situada en pleno centro de Barcelona. 

A la reunión de hace 42 años asistió el Gobierno de Carlos Arias Navarro al completo, a excepción del ministro de Exteriores, que estaba en La Haya. La significación de aquel Consejo de Ministros de Barcelona fue máxima, puesto que el monarca eligió la capital catalana para su primer viaje oficial.

De hecho, se puede decir que el Rey llevó la batuta de toda aquella operación, puesto que Arias Navarro regresó a Madrid a las primeras de cambio, una vez acabado el Consejo de Ministros, mientras que el monarca se quedó en Barcelona.

El papel del Rey

Aquel Consejo de Ministros se celebró cuando aún estaba muy presente la muerte del dictador, Francisco Franco, y cuando aún no se habían aprobado ni la Constitución (1978) ni el Estatut de autonomía de Catalunya (1979). Aún así, desde Madrid, se percibió como estratégico que se celebrara aquella reunión en Barcelona para “tratar temas específicos de la región catalana”, tal como se anunció.

El Rey no solo presidió el Consejo de Ministros, sino que desplegó una agenda de actividades en Barcelona, al mismo tiempo que la Reina Sofía hacía lo propio con inauguraciones y actos protocolarios sociales. Hoy en día sería muy improbable -por no decir impensable- que una iniciativa como un Consejo de Ministros en Barcelona estuviera marcada por una presencia activa del Rey Felipe VI.

Si bien es cierto que el papel de la monarquía dista ahora mucho del que tenía en aquel año 1976, también lo es que plantearse la asistencia de Felipe VI a Barcelona con motivo del Consejo de Ministros sería cuanto menos contraproducente para el objetivo de diálogo y distensión perseguido.

Si desde algunos sectores independentistas ya se ha considerado el Consejo de Ministros del 21D como “una provocación”, la mera presencia de Felipe VI -muy criticado por los soberanistas tras su discurso del 3 de octubre de 2017- sería como encender una cerilla en un depósito de gasolina. 

La Virgen de Montserrat

En el Consejo de Ministros de Barcelona de febrero de 1976 el objetivo era hacer una especie de guiño a los catalanes -y a los vascos, de paso- pocos meses después de la muerte de Franco. Tanto es así que el llamado Plan Villar Mir de medidas económicas, que incluía la subida de impuestos, no se quiso tratar en esa reunió, sino que, pese a las urgencias económicas que atravesaba España, se decidió dejarlo para el siguiente Consejo de Ministros, ya en Madrid.

El desembarco de los Reyes de España en Barcelona fue por todo lo alto, con recibimiento de las principales autoridades a pie de pista, en el aeropuerto de El Prat. Unas imágenes que recuerdan a Donald Trump bajando del Air Force One. Y, ¿cuál fue uno de los actos más significativos que protagonizaron Juan Carlos I y Sofía en su visita oficial a Catalunya pocos días antes del Consejo de Ministros?… Pues, visitar Montserrat y ofrecer a la opinión pública catalana la imagen de ambos besando a la Moreneta.

Guiño a la lengua catalana

Está claro que para que a Pedro Sánchez le salga bien la Operación Consejo de Ministros del 21 de diciembre tendría que hacer lo mismo que en 1976 y centrar buena parte de los acuerdos en medidas para Catalunya. 

Una de las actuaciones estrella sobre la mesa de aquel Consejo de Ministros de 1976 fue la creación de 400 puestos de trabajo para profesores de catalán. Después del ostracismo y las prohibiciones del Franquismo respecto a la lengua catalana, aquella decisión iba encaminada a dar una impresión de mayor sensibilidad por Catalunya.

Y no solo por Catalunya, ya que también se aprovechó para tener otro gesto hacia el País Vasco, con el reconocimiento de la Academia de la Lengua Vasca, “institución que ha sido ignorada desde hace más de cuarenta años”, según se pudo leer en La Vanguardia.

Igual que ahora, aquel Consejo de Ministros de Barcelona centró toda la atención de los periódicos madrileños. Todos ponían el acento en la “política de gestos” hacia los catalanes liderada por el Rey

Política de gestos

Cuando en los días previos al Consejo de Ministros del 21D, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apela a un diálogo “sereno, moderado, sensato y dentro de la legalidad” con el Govern catalán, se podría girar la vista hacia la portada del diario madrileño Informaciones de febrero de 1976, cuando apelaba a aprovechar el Consejo de Ministros de Barcelona para la reconciliación entre todos los españoles.

Por aquel entonces, la prensa madrileña ya se hacía eco de las reclamaciones de “amnistia” para los presos políticos catalanes y de las peticiones que llegaban desde el monasterio de Montserrat para la libertad de los encarcelados por el Franquismo. Y es que el activismo catalán no desaprovechó la visita de los monarcas a la casa de la Moreneta.

Por su parte, el diario Público destacaba que el Jefe del Estado “hable en Barcelona en lengua vernácula”. Según este medio, era el síntoma de “la clausura de un amplísimo tiempo de incomprensiones y silencios”.

Ahora bien, las interpretaciones de aquella operación Barcelona no estaban exentas de otras versiones, como la de El Alcázar, el órgano de la Hermandad de Combatientes, quien destacó las palabras del Rey en Barcelona: “La transformación que España ha tenido con Franco, no puede detenerse”.

Un Estatut tras un Consejo de Ministros

Sea como sea, en aquel Consejo de Ministros en Barcelona de finales de febrero de 1976, lleno de gestos y de intencionalidad política desde Madrid, se anunció “una comisión que estudiará el establecimiento de un régimen especial para Cataluña”. ¿De qué se estaba empezando a hablar?… Pues, tres años después, se aprobó el Estatut de Catalunya.

La pregunta es: ¿Se gestará algo de embergadura en el Consejo de Ministros presidido por Pedro Sánchez o como han expresado públicamente desde el Govern se corre el peligro de que solo sea una mera operación “estética”? ¿En qué se traducirá el 21D, ya sea a corto como a largo plazo, esta aparente política de gestos de organizar un nuevo Consejo de Ministros en Barcelona 42 años después?

La situación política, hace cuatro décadas, aún era peor que la actual, ya que ni siquiera había Constitución y, por lo tanto, no había ni elecciones libres ni nada parecido a una Democracia. De hecho, el president Josep Tarradellas no regresó del exilio hasta octubre de 1977 y, por lo tanto, por aquel entonces no había un Govern catalán con quien dialogar y llegar a acuerdos. Hoy, sí.